Sesiones
plenarias
   
El límite de las soluciones Premium
Viernes, 17 de febrero de 2012
De 14:30 a 16:00 horas. Salas N-103 + N-104
Rafael Navarro Belsué
OBJETIVO GENERAL:
Concienciar al optometrista de que existen limitaciones físicas y fisiológicas fundamentales que no pueden evitarse, lo que implica necesariamente que muchas de las promesas que ofertan las soluciones denominadas “Premium” son a menudo irrealizables, o funcionan a costa de empeorar otras funciones visuales.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
  • Recordar al Optometrista que debe tener siempre presente que quien ve es el cerebro y no el dioptrio ocular, cuya función es únicamente proyectar la imagen de la escena sobre la retina.
  • Establecer las diferencias y similitudes entre el poder resolutivo óptico, retiniano y cortical (cerebro) y su relación con la agudeza visual.
  • Conocer las principales limitaciones de las soluciones Premium tanto en lo que se refiere a la llamada “supervisión” como al tratamiento de la presbicia.
RESUMEN:
Existen en la actualidad un buen número de soluciones “Premium” encaminadas a mejorar la calidad óptica del ojo, incluso superando en teoría, la calidad de ojos normales totalmente sanos (supervisión). En un número creciente de casos (lentes multifocales, etc.) el objetivo es restaurar la función acomodativa que se pierde irremisiblemente con la edad. Al hablar de estas soluciones, es preciso tener en cuenta que existen limitaciones físicas fundamentales, tanto internas como externas al ojo, que son imposibles de evitar, y que podemos clasificar en ópticas, neuronales y condiciones ambientales y de iluminación cambiantes.

En primer lugar, hay que considerar que el cerebro es quien juega el papel más importante en la visión, mientras que podemos considerar al ojo como un apéndice de aquel. En el ojo, la retina está a su vez compuesta por neuronas especializadas y nuestras capacidades visuales (plenas, en iluminación fotópica) dependen fundamentalmente de tan solo unos 4.5 millones de conos y un número inferior (1 millón) de células ganglionares cuyos axones forman el nervio óptico y transmiten la información al cerebro. El número y densidad de estas neuronas son las que en definitiva limitan la agudeza visual (de forma similar a los megapixel de nuestra cámara fotográfica) y muchas de las capacidades visuales más importantes. La calidad óptica de un ojo sano emétrope (o bien corregido) es suficiente para alcanzar la agudeza visual máxima impuesta por las neuronas de la retina y el cerebro.

Se ha demostrado experimentalmente en varios laboratorios que el beneficio que se obtiene al corregir todas las aberraciones (de alto y bajo orden) es más bien modesto, y además desaparece en cuanto el nivel de iluminación no es fotónico. Además existen limitaciones ópticas. Una de las mayores consiste en que la tolerancia al descentramiento es muy baja (incluso inferior al milímetro) lo cual hace que en muchos casos la solución Premium sea claramente peor que la estándar en la práctica. Las limitaciones ópticas afectan de manera especialmente significativa a las lentes bifocales o multifocales. El cristalino humano es un maravilloso ejemplo de óptica adaptativa, puesto que es capaz de cambiar su potencia para enfocar objetos tanto cercanos, como lejanos o intermedios en tiempo real.

Por el contrario, en las soluciones multifocales sólo una parte de la luz estará enfocada, mientras que el resto estará desenfocado, causando una pérdida de contraste en la imagen retiniana y por lo tanto un deterioro de la calidad de visión. Por este motivo, mientras no dispongamos de la tecnología adecuada para cambiar la potencia de las lentes oftálmicas en tiempo real, no existirá una solución 100% satisfactoria para la presbicia.

Volver