Introducción
Viernes, 8 de abril de 2016
De 14:30 a 16:00 horas. Salas N-103 + N-104
OBJETIVO GENERAL
Describir algunos de los aspectos a considerar para poder
determinar la eficacia de un tratamiento.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
- Comprender por qué el ensayo clínico se considera el diseño
de estudio más adecuado para responder preguntas
sobre el balance riesgo/beneficio de un tratamiento.
- Conocer algunos de los sesgos (errores sistemáticos)
que pueden distorsionar la estimación del efecto de un
tratamiento.
- Conocer qué aspectos se deben tener en cuenta para
valorar si los resultados de un estudio son aplicables a
un paciente en particular.
RESUMEN
En ocasiones se pueden presentar dudas sobre distintos
aspectos del manejo clínico de nuestros pacientes. Algunas
conciernen el tratamiento más adecuado para una
condición concreta: ¿Cuál es el mejor tratamiento? ¿Qué
porcentaje de los pacientes tratados de este modo mejorará?
¿En cuánto tiempo? ¿El tratamiento está asociado con efectos adversos? Desgraciadamente no siempre
existen respuestas a estas preguntas, y el hecho de que
el tratamiento en cuestión tenga sentido desde el punto
de vista teórico no implica necesariamente que deba ser
efectivo al aplicarlo en la práctica.
El ensayo clínico es el diseño de estudio más adecuado para
evaluar la eficacia de una intervención. En él se comparan
dos (o más) tratamientos de manera prospectiva entre dos
(o más) grupos de pacientes con una condición concreta y
con unos criterios de elegibilidad determinados. Tras un
periodo de seguimiento, se comparan los resultados según
unas variables que sean relevantes para el paciente
y especificadas a priori. Los dos aspectos que permiten al
ensayo clínico determinar el balance entre riesgo y beneficio
de la manera menos sesgada posible son la randomización
(la asignación aleatoria del tratamiento a uno u
otro grupo) y la posibilidad de enmascarar la intervención
a paciente y/o investigador. La randomización hace que
los grupos a comparar sean muy parecidos en todas las
características excepto en el tratamiento recibido, lo que
permite atribuir precisamente a este las diferencias en el
resultado; el enmascaramiento minimiza la posibilidad que
paciente y/o investigador hagan una estimación sesgada de los beneficios/riesgos del tratamiento recibido. Sin embargo,
como cualquier estudio el ensayo clínico tiene sus
propias limitaciones, como la validez externa (generalización),
la identificación de efectos adversos poco frecuentes,
su complejidad y coste.
Existen muchos aspectos a tener en cuenta en la adecuada
interpretación de los resultados de un ensayo clínico. Algunos
de ellos son la valoración de las pérdidas de seguimiento,
la presentación selectiva de resultados, la existencia
de conflictos de interés, la elección del tratamiento de
referencia (con el que se compara el nuevo tratamiento) o
el adecuado cálculo del tamaño muestral. Junto con ellos,
la presencia del sesgo de publicación (la tendencia a que
se publiquen con mayor frecuencia determinados estudios
en base no a su calidad, sino a sus resultados) puede contribuir
a deformar la estimación del efecto de un determinado
tratamiento. Todo ello debe tenerse en cuenta para
interpretar adecuadamente la evidencia científica.
En esta introducción se presentarán algunos de estos aspectos,
que pueden ayudar a valorar mejor las secciones
posteriores en las que se evaluará la eficacia de distintas
intervenciones, controvertidas para muchos, en el ámbito
de la Optometría.