Madrid, del 17 al 19 de febrero de 2012
Lentes de contacto
Viernes, 17 de febrero de 2012
De 14:30 a 16:00 horas. Salas N-103 + N-104
Raúl Martin Herranz
OBJETIVO GENERAL:
Proporcionar al óptico optometrista una reflexión crítica sobre los cambios y avances tecnológicos en el ámbito de la contactología que han supuesto la aparición de nuevos productos que proporcionen servicios de valor añadido y servicios para mejorar la calidad de vida de los usuarios de lentes de contactos.
Proporcionar al óptico optometrista una reflexión crítica sobre los cambios y avances tecnológicos en el ámbito de la contactología que han supuesto la aparición de nuevos productos que proporcionen servicios de valor añadido y servicios para mejorar la calidad de vida de los usuarios de lentes de contactos.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Describir la evolución de los materiales disponibles para la fabricación de lentes de contacto, su repercusión sobre la fisiología corneal y su relación con las complicaciones asociadas con el uso de lentes de contacto a largo plazo.
- Discutir las aplicaciones disponibles, en investigación y disponibles clínicamente para la mejora de la función visual con el uso de lentes de contacto y aportar nuevas funcionalidades o indicaciones al uso de lentes de contacto.
- Reflexionar la repercusión profesional en la exploración (selección de diferentes técnicas de exploración oftálmica) para la elección, indicación, revisión y seguimiento del tipo de lente de contacto más adecuada a cada usuario de lentes de contacto mejorando el servicio profesional.
RESUMEN:
El uso de lentes de contacto como método para la compensación de las ametropías es una alternativa segura y empleada por millones de personas en todo el mundo desde hace más de 50 años. Sin embargo, desde la aparición de las primeras lentes de contacto duras, a mediados de los años 40 de mano de Newton Wesley y George Jessen, así como de los hidrogeles, 10 años después, de la mano de Otto Wichterle se han producido numerosos e importantes avances que permiten mejores materiales, diseños, sistemas de fabricación, productos de limpieza y mantenimiento, técnicas de exploración y análisis ocular, etc. que han supuesto un cambio en el ejercicio profesional del óptico optometrista.
Las lentes de contacto de baja permeabilidad al oxígeno provoca diferentes complicaciones y efectos secundarios sobre la fisiología del polo anterior, desde fenómenos inflamatorios o inmunológicos tanto a nivel corneal como conjuntival, entre los que destaca por su gravedad la aparición de queratitis infecciosa. Por el contrario, los materiales de alta permeabilidad al oxígeno han mejorado el nivel de hipoxia relacionado con su uso, si bien la disminución de efectos adversos es controvertida dependiendo del régimen de uso ya sea diario o prolongado.
Además, los avances en equipos de exploración oftálmica (topografía corneal, aberrometría ocular, tomografía de coherencia óptica, etc.) permite mejorar la exploración del ojo humano cuantificando sus aberraciones o del scattering ocular, permitiendo evaluar la función visual y el efecto de su uso. Además, numerosos equipos de exploración oftálmica ofrecen técnicas de ayuda para la adaptación de lentes de contactos, especialmente en lentes permeables a los gases.
Sin embargo, el objetivo final del uso de lentes de contacto es proporcionar una buena agudeza visual principalmente mediante la compensación de las ametropías y demás defectos de la visión como aberraciones oculares secundarias a diferentes condiciones como patologías corneales (queratocono) o diferentes procedimientos quirúgicos (cirugía refractiva corneal u otras). En estos casos, el uso de determinados tipos de lentes de contacto permiten mejorar la función visual suponiendo una mejora en la agudeza visual obtenida con correcciones convencionales como lentes oftálmicas. Aunque se están proponiendo nuevas indicaciones para su uso como la reducción temporal de las ametropías (ortoqueratología) o su aplicación para la mejora de la cicatrización corneal en determinados procedimientos quirúrgicos, la liberación prolongada de fármacos o la medida de la presión intraocular.
En conclusión, las indicaciones para el uso de lentes de contacto han evolucionado al igual que lo han hecho las técnicas para su fabricación o para la exploración oftálmica proponiéndose nuevos productos de valor añadido genéricamente denominados “soluciones Premium”. Sin embargo, es importante una reflexión crítica de las mejoras que se ofertan, su alcance, relación coste/beneficio para identificar la mejor alternativa de solución para cada caso con una exploración optométrica completa que permita mejorar la calidad de vida de los usuarios, así como mejorar el nivel de calidad dispensado en los gabinetes de Óptica y Optometría.
El uso de lentes de contacto como método para la compensación de las ametropías es una alternativa segura y empleada por millones de personas en todo el mundo desde hace más de 50 años. Sin embargo, desde la aparición de las primeras lentes de contacto duras, a mediados de los años 40 de mano de Newton Wesley y George Jessen, así como de los hidrogeles, 10 años después, de la mano de Otto Wichterle se han producido numerosos e importantes avances que permiten mejores materiales, diseños, sistemas de fabricación, productos de limpieza y mantenimiento, técnicas de exploración y análisis ocular, etc. que han supuesto un cambio en el ejercicio profesional del óptico optometrista.
Las lentes de contacto de baja permeabilidad al oxígeno provoca diferentes complicaciones y efectos secundarios sobre la fisiología del polo anterior, desde fenómenos inflamatorios o inmunológicos tanto a nivel corneal como conjuntival, entre los que destaca por su gravedad la aparición de queratitis infecciosa. Por el contrario, los materiales de alta permeabilidad al oxígeno han mejorado el nivel de hipoxia relacionado con su uso, si bien la disminución de efectos adversos es controvertida dependiendo del régimen de uso ya sea diario o prolongado.
Además, los avances en equipos de exploración oftálmica (topografía corneal, aberrometría ocular, tomografía de coherencia óptica, etc.) permite mejorar la exploración del ojo humano cuantificando sus aberraciones o del scattering ocular, permitiendo evaluar la función visual y el efecto de su uso. Además, numerosos equipos de exploración oftálmica ofrecen técnicas de ayuda para la adaptación de lentes de contactos, especialmente en lentes permeables a los gases.
Sin embargo, el objetivo final del uso de lentes de contacto es proporcionar una buena agudeza visual principalmente mediante la compensación de las ametropías y demás defectos de la visión como aberraciones oculares secundarias a diferentes condiciones como patologías corneales (queratocono) o diferentes procedimientos quirúgicos (cirugía refractiva corneal u otras). En estos casos, el uso de determinados tipos de lentes de contacto permiten mejorar la función visual suponiendo una mejora en la agudeza visual obtenida con correcciones convencionales como lentes oftálmicas. Aunque se están proponiendo nuevas indicaciones para su uso como la reducción temporal de las ametropías (ortoqueratología) o su aplicación para la mejora de la cicatrización corneal en determinados procedimientos quirúrgicos, la liberación prolongada de fármacos o la medida de la presión intraocular.
En conclusión, las indicaciones para el uso de lentes de contacto han evolucionado al igual que lo han hecho las técnicas para su fabricación o para la exploración oftálmica proponiéndose nuevos productos de valor añadido genéricamente denominados “soluciones Premium”. Sin embargo, es importante una reflexión crítica de las mejoras que se ofertan, su alcance, relación coste/beneficio para identificar la mejor alternativa de solución para cada caso con una exploración optométrica completa que permita mejorar la calidad de vida de los usuarios, así como mejorar el nivel de calidad dispensado en los gabinetes de Óptica y Optometría.
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