Madrid, del 17 al 19 de febrero de 2012
Cirugía refractiva
Viernes, 17 de febrero de 2012
De 14:30 a 16:00 horas. Salas N-103 + N-104
Juan Carlos Nieto Fernández
OBJETIVO GENERAL:
Exponer los avances experimentados recientemente por la cirugía refractiva corneal e intraocular, especialmente los relacionados con la mejora de la calidad visual.
Exponer los avances experimentados recientemente por la cirugía refractiva corneal e intraocular, especialmente los relacionados con la mejora de la calidad visual.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Describir los factores ópticos responsables de la degradación de la calidad de la imagen retiniana, así como su cuantificación clínica.
- Analizar la utilidad clínica que presenta la medida de la calidad óptica del ojo en el contexto de la cirugía refractiva corneal con láser excímer.
- Valorar el beneficio clínico del conocimiento de la calidad óptica del ojo en la selección de la lente intraocular (LIO) en la cirugía de la catarata.
RESUMEN:
El ojo no es un sistema óptico perfecto, sino que presenta un poder de resolución limitado. Conocer el recorrido que experimenta una escena capturada por el sistema óptico ocular en el espacio objeto hasta que finalmente es procesada en el córtex primario, permite comprender el doble deterioro que sufre la calidad de la imagen percibida. Por un lado, los factores ópticos (aberraciones, difracción y dispersión “scatter”) son los responsables de la degradación en el trayecto desde la pupila de entrada hasta la retina y los factores neurales (tamaño y distribución de los fotorreceptores, integridad de la vía visual, etc.) de la degradación en el trayecto desde la retina al córtex visual primario. Será sobre el grupo de factores ópticos sobre los que se podrá actuar para atenuar su impacto sobre la calidad de la imagen retiniana.
Los continuos avances experimentados por los sistemas de diagnóstico han permitido analizar, de forma objetiva y cuantitativa, la calidad óptica que presenta cada paciente. Este hecho ha hecho posible por un lado conocer el compromiso o impacto que genera la parte óptica del ojo sobre la calidad de la imagen percibida y, por otro, diagnosticar de forma subclínica o incipiente, alteraciones patológicas que generan un cambio significativo en la calidad óptica del ojo, como el queratocono, el síndrome de ojo seco o la catarata, entre otros.
Aplicado a la cirugía refractiva, el conocimiento global de las propiedades ópticas del ojo más allá del defecto esferocilíndrico ha supuesto un cambio conceptual en la cirugía refractiva moderna. Dichas propiedades ópticas son incorporadas a las nuevas plataformas de láser excímer, obteniéndose tratamientos en los que la interacción del láser con el tejido corneal es totalmente individualizada y selectiva (tratamientos customizados o personalizados), con el fin de que el resultado postoperatorio no sea sólo la emetropía, sino la obtención de un aumento del contraste de la imagen retiniana y, por tanto, una calidad visual excelente. Para que estos resultados sean óptimos y efectivos, ha sido necesaria una paralela evolución de las nuevas generaciones de láser excímer, capaces de incorporar sistemas de control y seguimiento ocular dinámico que garanticen la correcta posición del ojo durante la aplicación del láser.
No menos importante resulta la información de la calidad óptica del ojo en la cirugía intraocular. Fruto de este conocimiento cada vez es más frecuente el implante de modelos de lentes intraoculares (LIOs) asféricos, que permiten compensar la ligera aberración esférica positiva que presenta la córnea y obtener un sistema óptico postoperatorio con un menor volumen de aberración esférica, que contribuya a una mayor calidad visual postoperatoria. Por otro lado, el conocimiento de la diferente respuesta del ojo dependiendo de la cromaticidad del estímulo ha hecho posible la reciente aparición de diseños de LIO acromáticos, que reducen el impacto de la aberración cromática sobre la calidad óptica del ojo.
Por tanto, la cirugía refractiva moderna (tanto corneal como intraocular) ha experimentado un salto cualitativo muy importante en los últimos años con la evolución de los nuevos instrumentos de diagnóstico y tratamiento. En la cirugía refractiva clásica la emetropía era el único objetivo, en la actual es un objetivo más.
El ojo no es un sistema óptico perfecto, sino que presenta un poder de resolución limitado. Conocer el recorrido que experimenta una escena capturada por el sistema óptico ocular en el espacio objeto hasta que finalmente es procesada en el córtex primario, permite comprender el doble deterioro que sufre la calidad de la imagen percibida. Por un lado, los factores ópticos (aberraciones, difracción y dispersión “scatter”) son los responsables de la degradación en el trayecto desde la pupila de entrada hasta la retina y los factores neurales (tamaño y distribución de los fotorreceptores, integridad de la vía visual, etc.) de la degradación en el trayecto desde la retina al córtex visual primario. Será sobre el grupo de factores ópticos sobre los que se podrá actuar para atenuar su impacto sobre la calidad de la imagen retiniana.
Los continuos avances experimentados por los sistemas de diagnóstico han permitido analizar, de forma objetiva y cuantitativa, la calidad óptica que presenta cada paciente. Este hecho ha hecho posible por un lado conocer el compromiso o impacto que genera la parte óptica del ojo sobre la calidad de la imagen percibida y, por otro, diagnosticar de forma subclínica o incipiente, alteraciones patológicas que generan un cambio significativo en la calidad óptica del ojo, como el queratocono, el síndrome de ojo seco o la catarata, entre otros.
Aplicado a la cirugía refractiva, el conocimiento global de las propiedades ópticas del ojo más allá del defecto esferocilíndrico ha supuesto un cambio conceptual en la cirugía refractiva moderna. Dichas propiedades ópticas son incorporadas a las nuevas plataformas de láser excímer, obteniéndose tratamientos en los que la interacción del láser con el tejido corneal es totalmente individualizada y selectiva (tratamientos customizados o personalizados), con el fin de que el resultado postoperatorio no sea sólo la emetropía, sino la obtención de un aumento del contraste de la imagen retiniana y, por tanto, una calidad visual excelente. Para que estos resultados sean óptimos y efectivos, ha sido necesaria una paralela evolución de las nuevas generaciones de láser excímer, capaces de incorporar sistemas de control y seguimiento ocular dinámico que garanticen la correcta posición del ojo durante la aplicación del láser.
No menos importante resulta la información de la calidad óptica del ojo en la cirugía intraocular. Fruto de este conocimiento cada vez es más frecuente el implante de modelos de lentes intraoculares (LIOs) asféricos, que permiten compensar la ligera aberración esférica positiva que presenta la córnea y obtener un sistema óptico postoperatorio con un menor volumen de aberración esférica, que contribuya a una mayor calidad visual postoperatoria. Por otro lado, el conocimiento de la diferente respuesta del ojo dependiendo de la cromaticidad del estímulo ha hecho posible la reciente aparición de diseños de LIO acromáticos, que reducen el impacto de la aberración cromática sobre la calidad óptica del ojo.
Por tanto, la cirugía refractiva moderna (tanto corneal como intraocular) ha experimentado un salto cualitativo muy importante en los últimos años con la evolución de los nuevos instrumentos de diagnóstico y tratamiento. En la cirugía refractiva clásica la emetropía era el único objetivo, en la actual es un objetivo más.
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