Porque sí, necesitamos estudios clínicos y ensayos; son tratamientos, no debemos olvidarlo. Y en el caso de las lentes oftálmicas, aunque sean tratamientos no invasivos, tiene que haber una certeza firme de que estas soluciones son eficaces, seguras y de que no presentan efectos adversos ni sobre la salud del usuario, ni sobre su sistema visual.
Porque no, no todas las lentes oftálmicas para gestión de la miopía son iguales, y como profesionales de la visión debemos de ser no solo prudentes, sino también críticos con las nuevas soluciones y su aval científico.